REDACCIÓN
Debido a que ha recogido diversa información genética a partir de las personas contagias, el SARS-CoV-2 ha logrado que su proteína spike (S) sea ocho veces más contagiosa que la que se tenía hace más de un año, cuando se identificó la primera infección del nuevo coronavirus en Wuhan, China.
De acuerdo con una investigación a cargo de expertos de la Universidad de Nueva York, el Centro del Genoma de Nueva York y el centro hospitalario Monte Sinai, fue que se pudo corroborar que la mutación D614G hace que el virus que ha ocasionado la emergencia sanitaria a nivel global sea más transmisible entre las personas.
“La mutación ha alcanzado una prevalencia casi universal y está incluida en todas las variantes actuales de preocupación”, dijo Neville Sanjana, especialista que formó parte de este trabajo cuyos resultados fueron publicados en la revista especializada eLife.
Esta mutación en la proteína spike del SARS-CoV-2, conocida comúnmente como “variante G”; surgió a inicios del año pasado y a través de sus diversas mutaciones es que ha tocado la mayor cantidad de países en el mundo.
Para conocer más en torno a D614G, los expertos introdujeron por un lado un virus con la mutación en células de pulmón, hígado y colon, pero por el otro metieron el “tipo salvaje” del coronavirus en el mismo tipo de células con la intención de conocer las diferencias que hay entre ambos.
Fue así que encontraron que la “variante G” aumentaba la transmisibilidad del virus hasta ocho veces en comparación al virus original, además que provocó que fuera más resistente a ser dividido por otras proteínas.
“Nuestros datos experimentales fueron bastante inequívocos: la variante D614G infecta las células humanas de manera mucho más eficiente que el tipo salvaje”, afirmó Zharko Daniloski, coautor de este trabajo de investigación.
Los especialistas apuntaron que su trabajo puede influir en el desarrollo de vacunas contra el Covid-19, además que puede resultar benéfico el incluir diversas formas de la proteína S de diferentes variantes.